En el día de ayer fuimos parte de una multitudinaria movilización que reunió a miles de docentes, no docentes y estudiantes universitarios de todo el país. Nos convocamos en defensa de la educación pública, reclamando un salario digno para nuestros docentes, exigiendo mayor presupuesto para las Universidades Nacionales, por la reforma de la Ley de Educación Superior menemista y por la implementación del Boleto Educativo Nacional.

Lo hicimos en unidad, dejando de lado las mezquindades políticas y poniendo por delante los intereses de los estudiantes. Logramos hacer un verdadero ejercicio de diálogo político que humildemente ofrecemos como ejemplo a nuestra joven democracia.

El presupuesto educativo que se ejecuta este año, fue votado por el Congreso de la Nación, a propuesta del Ejecutivo Nacional, el año pasado (2015) durante el gobierno kirchnerista. La comunidad universitaria viene reclamando hace años que la educación sea prioridad en la agenda de los distintos gobiernos. Por supuesto que ante los últimos aumentos en servicios que hacen al funcionamiento de las Universidades, esos fondos debían ser actualizados. Luego del reclamo de la FUA por una Tarifa Educativa diferencial, celebramos que se hayan destinado $500 millones de pesos extras para cubrir este importante agujero presupuestario.

Sin embargo, sabemos que la discusión respecto del presupuesto es mucho más profunda y atraviesa a todo el Sistema Universitario. Al día de hoy, el 90% del presupuesto que reciben las Universidades, es destinado a pagar sueldos, el 7% a gastos de funcionamiento y sólo el 3% restante, se destina a investigación, bienestar, extensión, entre otras. Necesitamos universidades que aporten al desarrollo de nuestro país, a través de la ciencia y la tecnología; universidades que sean capaces de transformar el medio en el que están insertas, a través de la jerarquización de la extensión universitaria.

Acompañamos a los docentes en su reclamo por un salario digno porque creemos que esta es la base para el desarrollo de la Universidad Pública, son quienes forman a los profesionales de mañana. Ya lo dijimos, los estudiantes queremos estudiar y los docentes quieren trabajar dignamente.

Respecto de la Ley de Educación Superior (LES) sancionada durante el menemismo, la FUA se ha manifestado incansablemente en pos de la derogación, ante la necesidad de una nueva ley que regule el funcionamiento de las Universidades Nacionales, respetando su Autonomía. El kirchnerismo prometió reformarla durante la campaña presidencial del 2007, el año pasado lo hicieron modificando dos artículos, y el único avance que notamos fue el ingreso irrestricto, al resto no se le modificó una sola coma. Seguimos bajo la misma ley de tinte neoliberal que posterga al sistema público con respecto al privado

Para hablar realmente de una nueva Ley, es necesario hacerlo sumando a todos los actores que estamos involucrados en el desarrollo de la vida universitaria, docentes, no docentes y estudiantes, que en definitiva, somos los que construimos educación pública y de excelencia, todos los días. Se necesita también de la predisposición y voluntad política de todos los sectores que se encuentran representados en el Congreso de la Nación. Es a través del diálogo y la construcción sobre las diferencias que vamos a encaminarnos hacia la Universidad que queremos para el país que soñamos.

Sin embargo, bien sabemos que las discusiones mencionadas anteriormente, solo las damos aquellos que ya somos parte del sistema universitario. Hoy en nuestro país somos un número reducido de “privilegiados” los que accedemos a la Universidad Pública. Es fundamental que trabajemos para que cada vez más personas se encuentren en las aulas formándose, y por eso es que seguimos exigiendo, entre otras cosas, la implementación de un Boleto Educativo, Gratuito y Universal en todo el territorio nacional.

El 12 de Mayo quedará en la historia argentina como el día en que se movilizó toda la Universidad, todos los sectores que la componen, unidos bajo una misma consiga “defender la Educación Pública”. Venimos de años de sectarismo político-partidario y creemos que ya es hora de trabajar en conjunto para levantar bien alto las reivindicaciones de todo el movimiento estudiantil en particular, y de la comunidad universitaria en general.

Apelamos a que el gobierno nos escuche y se haga eco de nuestros reclamos. Esta Federación se compromete, una vez más, a trabajar en defensa de la educación pública y de excelencia, por una Universidad abierta al pueblo.

Por los dolores que quedan, que son las libertades que faltan