En plena campaña electoral presidencial se debate por estos días en el Congreso Nacional el presupuesto del año próximo. Ese presupuesto no nos es indiferente a los miles de estudiantes que caminamos los pasillos de las facultades de todo el país. Hace ya varios años que podemos ver que los fondos que le son asignados a las Universidades Nacionales crecen de forma vertiginosa en términos nominales; sin embargo ese avance queda limitado casi exclusivamente a la pauta salarial y muchísimos problemas de fondo que nos pesan a diario quedan inmóviles, sin resolución alguna.
El presupuesto que fue sancionado, no resuelve lamentablemente esta situación. Una vez más el crecimiento nominal que se observa se limita de forma casi exclusiva a las paritarias salariales alcanzadas en el año 2015, ubicando a las Universidades en una difícil situación pensando en poder afrontar el resto de los gastos de funcionamiento que hacen posible el correcto desempeño de las funciones básicas de las Casas de Altos Estudios.
Para que cada facultad tenga una estructura presupuestaria óptima, su gasto en personal (docentes y no docentes) debe representar como máximo el 75% del presupuesto total, mientras los gastos de funcionamiento (que incluye becas, subsidios, servicios básicos, adquisición de equipamiento, obras de mantenimiento, entre otros) el 25% restante. Hoy prácticamente ninguna Universidad Nacional, excluyendo a las recientemente creadas, tiene la posibilidad de estructurar su presupuesto de esta forma; motivo por el cual los gastos de funcionamiento terminan representando en algunos casos incluso menos del 10% del presupuesto total. Es decir que en algunos casos más del 90% del presupuesto de las universidades ya se encuentra de antemano gastando el sueldo, generando así el contexto en el cual nuestras condiciones de cursada son cada vez peor.
Incremento presupuestario en comparación con el promedio nacional
La situación expuesta se intensifica año tras año con la incorporación de nuevas Universidades Nacionales. La creación de estas nuevas Casas de Altos Estudios supone una mayor penetración de la Educación Superior en la población nacional; sin embargo no es eso lo que sucede siempre. Es harto conocido que estas nuevas universidades obedecen más a devoluciones de favores políticos en la mayoría de los casos que a la concepción integral y el desarrollo de los Estudios Superiores en la Argentina. Incluso, el Gobierno Nacional ha violado sistemáticamente la ley, creando estas Universidades sin el presupuesto necesario para hacerlo, mientras ajusta el crédito de las Universidades tradicionales para financiar a las nuevas que funcionan como células alineadas al poder de turno.
Afiliación política e incremento presupuestario en %
En simultaneo con este desfinanciamiento a las universidades, el Gobierno Nacional se reserva sumas millonarias para distribuir arbitrariamente en “Programas Especiales” y Obras de Infraestructura. Esta práctica que fue moneda corriente en los últimos años como herramienta para adoctrinar y transformar en dependientes del Poder Central a las universidades, parece que no va a cesar en 2016 a pesar de la asunción de un nuevo gobierno: se facultaría al Jefe de Gabinete a distribuir arbitrariamente más de $300 Millones en Obras de Infraestructura.
La situación de la Función Salud que algunas Universidades atienden merece un párrafo aparte. Hasta el año pasado todos los Hospitales Universitarios del país recibían por año $330 Millones. A modo de referencia, sólo el Hospital Garrahan ejecuta por año $2.500 Millones. En este Presupuesto se estaría obteniendo, aunque en forma insuficiente, una reivindicación en lo que a Hospitales Universitarios se refiere: se obtendría una partida adicional de $1.000 Millones. Esto, que claramente es insuficiente, no deja de ser un paso adelante. No obstante, queda un largo camino de lucha hasta poder reivindicar y revalorizar el rol de los Hospitales Escuela que poseen una gran importancia en el rol social de las Universidades Nacionales.
Las diez de menor incremento VS las diez con mayor incremento
Desde la Federación Universitaria Argentina denunciamos que el presupuesto que el Congreso Nacional le está asignando a las Universidades Nacionales para el ejercicio 2016 resulta insuficiente para afrontar las necesidades básicas que garanticen condiciones dignas de cursada. Denunciamos a su vez las millonarias partidas presupuestarias que el Gobierno Nacional se reserva para sí con el objetivo de repartirlas discrecionalmente en búsqueda de dependencia política. Denunciamos también la grave situación de desfinanciamiento a la que fueron llevados durante todos estos años los Hospitales Universitarios. Y convocamos a todos los estudiantes de la Argentina a continuar la lucha para obtener un presupuesto acorde a la importancia de la educación superior en el país, que revalorice nuevamente la educación pública, gratuita y de excelencia académica.
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